3 claves para entender la parentalidad positiva

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Estamos en una nueva era en todo lo que tiene que ver con la crianza y la educación. A veces nos resulta complicado compatibilizar el rol de padres con el resto de ocupaciones, sobre todo ante la llegada del primer hijo. Queremos ofrecer un modelo positivo para nuestros hijos e hijas, pero ¿cómo lo hacemos? ¿has oído hablar de la parentalidad positiva?:

 

Desde mi experiencia como Psicóloga y Psicoterapeuta especializada en Infancia y Familias, os propongo algunas claves acerca de qué es la parentalidad positiva, y las múltiples formas en las que podemos ejercerla.

 

¿Qué es la parentalidad positiva?

 

Una forma de ejercer la maternidad y la paternidad que facilita el establecimiento de un apego seguro y una vinculación positiva. Ofrece al niño un escenario que considera sus necesidades e intereses, y permite su máximo desarrollo en todos los planos.

 

“La Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia”

Organización Mundial de la Salud

 

  1. se satisfacen las necesidades fisiológicas y también las emocionales y afectivas. Es decir, se garantiza un desarrollo saludable del niñ@ atendiendo el plano físico, mental, psicológico y social. Promueve un vínculo seguro, y facilita una alimentación equilibrada, un descanso adecuado y satisface las necesidades de actividad física, juego y estimulación.

 

“El niño es una unidad física, emocional y mental que debe desarrollar todo su potencial sobre unas bases que se organizan durante los primeros seis años de vida”

Dr. Jorge Ferré, experto en Medicina del Desarrollo

 

  1. Se procura un ambiente libre de violencia en el que existen normas y límites que protegen y dan soporte al niñ@, desde la aceptación incondicional y el afecto. Se establecen relaciones positivas en el entorno familiar y social y la participación en la comunidad.

 

“Para educar a un niño hace falta toda la tribu”

Proverbio africano

 

  1. La figura parental se refiere a la persona o personas que ejercen la parentalidad social (más allá de lo biológico, como en el caso de las familias adoptantes), y considera la diversidad familiar (familias homoparentales, monoparentales, reestructuradas…). Es decir, que estos conceptos son aplicables a los padres y madres y también al resto de figuras que pueden llegar a ejercer como figura de apego principal y estable, para el niño o niña en sus primeros años de vida.

 

La capacidad de apego y la empatía son las capacidades parentales fundamentales que nos permiten vincularnos adecuadamente con los hijos e hijas.

Dr. Jorge Barudy. Neuropsiquiatra y Terapeuta Familiar.

 

 

 

*** La parentalidad positiva ofrece una guía y apoyo a las familias, pero no pretende imponer un modelo único o rígido. Es una hoja de ruta, a partir de la cual cada padre y cada madre ha de encontrar su propio modelo. Y como la vida es un constante aprendizaje, este modelo irá cambiando a lo largo del tiempo (tenemos toda la vida por delante para ofrecer a nuestros hij@s nuestra mejor versión).

 

¿Por qué es tan importante la intervención en la primera Infancia?

 

“En la primera infancia se establecen las bases fundamentales de la salud y el bienestar adulto”

 

La Organización Mundial de la Salud y las convenciones globales en materia de salud, consideran que la inversión en los primeros años de vida aporta beneficios a la propia infancia, a las familias y a la sociedad. La Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS incluye programas y acciones en parentalidad positiva, para promover el bienestar emocional en la población infantil.

 

“La intervención en la primera infancia permite que más niños se conviertan en adultos sanos que puedan hacer un aporte positivo a la sociedad”

 

 

artículo publicado por Lalu Gómez en la revista Ser padres

 

si quieres saber más puedes consultar la plataforma Familias en Positivo, impulsada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

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